9 de marzo de 2015

Resiliencia, como ser agiles desde dentro


El pasado 26 de febrero tuvimos el placer de escuchar a la británica Diana Clarke, coach, formadora y autora de publicaciones sobre liderazgo, RRHH y comunicación. Diana nos habló de las organizaciones resilientes, aquellas que poseen agilidad para anticiparse, innovar y transformar.
En la primera parte de su charla nos adentramos en los diferentes tipos de empresas, teniendo en cuenta la actitud de sus líderes:

             Empresas y líderes “huevo”: son frágiles, tienen dependencia a  un solo proveedor o a un solo recurso (“mama gallina”). Les falta agilidad ante el cambio y, ante una pérdida de altitud, fracasan.
             Empresas y líderes “pelotas de golf”: ante la turbulencia se quedan estancados, han sido fuertes en un principio pero se encuentran inmovilizados al contar con una estrategia conservadora. No son creativos ni innovadores y temen al cambio. Son líderes sin demasiado optimismo que finalmente se dejan comprar por otras empresas o suelen terminar fusionándose.
·         Empresas y líderes “pelota de goma”: Son las organización resilientes desde dentro, son ágiles en todas las direcciones, elásticos, capaces de reemprenden el vuelo. Los golpes los empujan hacia arriba, la adversidad saca lo mejor de ellos. Resurgen.
Y nosotros, ¿podemos llegar a ser resilientes? Diana nos explicó que se puede aprender a lo largo de la vida, entrenando, aprendiendo de la experiencia vivida. Como fórmula para lograrlo tenemos que trabajar la agilidad. Tenemos que preguntarnos si somos capaces de anticiparnos a las necesidades futuras del cliente. La velocidad es clave y para lograr la máxima agilidad debemos aprovechar la inteligencia colectiva del equipo, la conectividad. La agilidad es precisamente “combinación de velocidad y flexibilidad”, explica Diana.

Para practicar la resiliencia hay que trabajar cinco dimensiones diferentes:
1. Gestiona bien tu realidad: tienes que ver las cosas venir, anticiparte al futuro, mirar los síntomas, las cifras macro y microeconómicas. No esperar.
2. Gestiona la moral colectiva: El recurso humano es importante, tu equipo. Es necesario difundir energía positiva cuando la gente está tocada, pero con tacto y con cuidado.

3. Gestiona las ideas y decisiones: toma decisiones rápidas, prueba ideas y, si no funcionan, deséchalas.

4. Gestiona los recursos: fundamental para no perderlos o agotarlos.

5. Gestiona la misión: implícate hacia un reto concreto, competitivo e inmediato ¿Qué es lo que queremos conquistar? ¿Cuál es el objetivo? Es necesario acortar el horizonte temporal y gestionarlo con determinación y perseverancia.
Aquí tenéis las claves, ahora toca practicar. ¡Suerte en vuestra práctica de la resiliencia!



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